martes, 17 de noviembre de 2020

INTI Y BRYAN: EN LA APERTURA DE LA GOBERNANZA

Félix Tasayco, Gilberto

                                                        (Foto referencial: LaRepublica)

La experiencia me enseñó que capital moral y rebeldía es lo que se necesita para cambiar el Perú. Somos un país donde el poder hace lo que quiere, donde las leyes se hacen a la medida de los ricos, de los políticos, de los poderosos. Es la ley hecha a favor de los peces gordos, producida por los poderosos para destruir las razones de los pobres, de los sin poder, de los humildes, de la mayoría. En el Perú, una persona puede llegar a ser un alto dignatario y probado autor o partícipe de graves delitos, pero si tiene a los suyos, es decir, a sus correligionarios o amigos en algún poder estatal, se le archivará la investigación o se le absolverá de cualquier amenaza de condena. 

Ahora, si se tratan de banqueros y personajes con poder, es posible que ni siquiera se les investigue. Sin embargo, en la otra vera los pobres esperan sus sentencias con desesperanza y sufren condenas con penas de larga duración, hasta cadena perpetua. La resultante es que no todos somos iguales en la ley ni en la aplicación de la ley. De ello se puede colegir que la pura politización de la justicia es evidente y debilita el bienestar general, ¿pero de quién es la responsabilidad? Simple y llanamente de los que han destruido el país: un grupo de sinvergüenzas de la élite del poder. (Vid, Félix Tasayco, Gilberto. Gestión Pública de la Administración de Justicia, 2018, p. 29)

Esa es la gente de poder que se enriquece con el delito, gente que goza de la tolerancia de las autoridades que sabiendo y conociendo del ilícito enriquecimiento de algunos no hicieron ni hacen nada por evitarlo. “Dejar hacer, dejar pasar” es la política predominante y preferida, con la cual nadie corre el riesgo de perder su imagen ni su puesto de trabajo. Entonces, hay que poner punto final a todo esto. (Ibídem). Y parece que la hora ya llegó. 

Se abre paso al cambio y la modernización de la administración pública. El paradigma de la Gobernanza como nueva forma de gobernar es la clave. Pero, ¿qué es la Gobernanza? Es dejar atrás la inmoralidad en la gestión de los gobiernos. Es participación de la sociedad civil en el diseño y formulación de las políticas públicas. Es evolución de la razón de los ciudadanos electores que deben poner punto final a la industria de gobiernos autoritarios, macheteros y sin control. En esencia, es evolución superavitaria en integridad, que facilita la marcha democrática hacia la restructuración del sistema social, político y económico del país.

Con todo, la Gobernanza necesita de acción. Y eso es lo que hicieron Jordan Inti Sotelo Camargo y Jack Bryan Pintado Sánchez, víctimas mortales de la marcha por la democracia, quienes en la acción entregaron su vida por la mejora del país. En definitiva, la apertura a la Gobernanza es la respuesta confiable a los problemas públicos, pues basta remitirnos al análisis y evaluación de las economías globales de países desarrollados para corroborar la eficacia y efectividad del modelo en la reducción de la pobreza. Y aquí, los jóvenes, como destinatarios del futuro y genuinos defensores del pluralismo social, son los líderes llamados a hacer historia en el Bicentenario.


CONFLICTO ETICO – JURÍDICO EN UNA INTERVENCIÓN POR TRÁFICO ILÍCITO DE DROGAS

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