jueves, 2 de marzo de 2017

LOS EFECTOS DE LA POLÍTICA CRIMINAL ELECTORAL Y MEDIÁTICA. Mientras la población penitenciaria en Perú crece, en España decrece.


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                                        (Foto referencial: WordPress.com)

Los cambios en el sistema de justicia penal a partir de la vigencia del CP de abril de 1991, ha experimentado modificaciones que bordean las mil en 26 años. ¿Cuáles han sido las causas de tantas modificaciones al CP? ¿Era tan defectuoso el CP para experimentar tantas modificaciones? En este caso específico no ha tenido aplicabilidad la expresión “no hay mal que por bien no venga”, porque en vez de lograr mejoras se ha logrado un sistema penal disfuncional y perverso, en base a un movimiento de reforma a favor de sanciones con penas evidentemente arbitrarias.

Los que transitamos en el terreno jurídico sabemos que la política criminal es un complemento del Derecho penal, es el cómo se debe tratar la criminalidad o el cómo debería ser el Derecho penal democrático. Sin embargo, frente a una orientación política criminal, garantista, democrática y bien pensada, aparecen orientaciones políticas con fines electorales y mediáticos. Me refiero a periodos electorales donde se promete lo que le gusta a la opinión pública: pena de muerte, cadena perpetua y penas de muy larga duración. Lo que se busca en estos casos es alcanzar sólo réditos electorales para conseguir una curul o, en su caso, para lograr ventas a través del marcado mercantilismo de los medios de comunicación.       

Ni lo uno ni lo otro ha resultado beneficioso para nuestro sistema penal. El populismo penal manifestado con cambios solo simbólicos y cuantitativos ha traído mayor corrupción en el sistema judicial y, en específico, en el subsistema penitenciario. Los efectos penitenciarios de la nefasta política criminal electoral y mediática se explican en el siguiente gráfico en el que comparamos nuestros resultados con los resultados de la política criminal en el sistema español. Veamos.

COMPARATIVO DE LA POBLACIÓN PENITENCIARIA DE ESPAÑA – PERÚ (2010-2016)

PAÍS
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
ESPAÑA
73,929
70,472
68,597
66,765
65,017
61,614
61,620
PERÚ
45,464
52,700
57,960
67,676
71,961
75,650
78,342
Fuente: Informe ROSEP: Ministerio Interior, Secretaría de Estado de Instituciones Penitenciarias, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos – INPE – Informe estadístico a marzo de 2016.

En el gráfico se hace hincapié en la población penitenciaria de España-Perú. Así, luego de la promulgación del Código Penal Español de 1995 y las modificatorias de junio del 2010 que materializan penas privativas de libertad excluyentes de la pena de cadena perpetua, se objetiva un descenso de la población penitenciaria. En Perú, sin embargo, la decisión del legislador fundamentalmente ha sido poner énfasis en el incremento de penas desproporcionadas incluyéndose la pena de cadena perpetua para algunos delitos graves, lo que ha traído como consecuencia el incremento sustantivo de la población penitenciaria.

En conclusión, de un somero análisis de las estadísticas comparadas se desprende que, mientras la población penitenciaria en Perú -con una población que supera los 31 millones de habitantes- crece, en España -con una población de 46 millones- decrece. Por todo ello, salvando los obstáculos de la política criminal electoral y mediática, nuestra ley penal pervertida por sus penas desproporcionadas requiere una inmediata reforma modélica, que evite razonablemente la inestabilidad legislativa y las negativas consecuencias penitenciarias futuras, con el imprescindible compromiso de los medios de comunicación que deben ser socios en aquella reforma. 

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