lunes, 28 de julio de 2014

LOS PELIGROS DE LA INDEPENDENCIA JUDICIAL



La independencia judicial está prevista en el artículo 139.2 de la Constitución Política del Perú que expresa: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: La independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional”. A su vez, el artículo 146.1 de la Constitución prevé una garantía a la independencia y un límite a la función jurisdiccional: “El Estado garantiza a los magistrados judiciales: Su independencia. Sólo están sometidos a la Constitución y la ley”.

Así, la Constitución al señalar que los magistrados judiciales son independientes, declara que sólo los jueces y tribunales investidos de los caracteres de independencia e imparcialidad, son capaces de impartir justicia asegurando el imperio de la Constitución y la ley como expresión de la voluntad popular.

Ahora bien, ¿es posible afirmar que los jueces peruanos gozan de absoluta independencia al ejercer la función jurisdiccional? Al parecer, la independencia funcional de los jueces muestra una manifiesta debilidad frente a las presiones y pretensiones endógenas y exógenas que subyacen en el sistema. Me refiero a las presiones mediáticas y a las pretensiones hacia algunos jueces que ponen precio a sus decisiones.

Los casos de “La centralita”,  Rodolfo Orellana, Edita Guerrero, etc., responden a las características de casos de gran impacto. Precisamente, es aquí donde asoma el peligro de que los jueces actúen con “pluma sucia”. Ante esta peligrosa situación, debemos exigir que se garantice la independencia de la magistratura pues cuando el poder quiere intervenir, lo hace sobre todo, en casos de gran impacto. El poder no pierde tiempo en casos sin rentabilidad política o de otra índole.

Una vez hecha esta reflexión básica, verifiquemos ahora la tipología de jueces. En los sistemas judiciales aparecen dos tipos de jueces: los valientes y los sumisos.

Cuando los primeros se encuentran con un caso en tensión con otro poder, con valentía deciden con la ley y la razón. En este caso el Juez se dignifica, y aun cuando con su decisión niegue abiertamente las influencias malignas -que sin duda existen en el ejercicio de la función jurisdiccional- dormirá tranquilo con su conciencia, pese a que existe la posibilidad de que más tarde el poder influyente logre la revocación de su decisión por el órgano jurisdiccional superior.

En cambio, en los burócratas sumisos se afirman la influencia y las presiones de las élites del poder, y entonces, emerge un juez servil, adicto a las órdenes del “patrón”, que acepta sin más los “juicios paralelos”. El efecto inmediato que trasciende en este caso es que se pierde la estabilidad de la independencia por la notable incapacidad moral de los jueces pertenecientes a este estereotipo.

El análisis nos indica que no hay razón para que la independencia judicial se vulnere por la sumisión. Entonces, ¿qué debe hacer el Juez ante casos que se encuentran en zonas tórridas o de penumbra de las que fluyen pautas políticas estrictas? La respuesta es sencilla: deberá decidir con la Constitución, la Ley y la Justicia.

En efecto, la profesionalidad del Juez que actúe de ese modo hará de él un paradigma. Se posicionará ajeno al acoso del poder. Se dirá que no es servil, que es sordo a las presiones non sanctas de los poderes, pero este Juez se dará el lujo de mantener limpia su conciencia y no podrá ser acusado de agente de la sumisión ni que es proclive a satisfacer comportamientos personales perversos, inmorales, sin escrúpulos y corruptos.

Estos individuos sin escrúpulos, esclavos del dinero y del poder, siempre están. La experiencia enseña que aquellos están en la administración pública y fuera de él. Son personajes inmorales que en pro de sus intereses particulares sólo buscan el logro de sus fines, aun cuando con ello se derrumbe la independencia judicial y la seguridad jurídica del país.

En resumen, cabe señalar, que todo Juez será menos sensible a los intereses políticos, ideológicos, económicos y mediáticos cuando sea más libre, cuando sea más independiente. Por de pronto, los poderes del Estado, y también el “cuarto poder”, deben un irrestricto respeto al Juez y a su independencia judicial, evitando las interferencias directas o indirectas a esa esfera clave del Estado constitucional que, desde una lógica progresista, debe estar absolutamente garantizada.

5 comentarios:

  1. DR
    FELIX TASAYCO

    ME ENCUENTRO DE ACUERDO CON LO QUE INDICA UD, CREO QUE LA INDEPENDENCIA DEL PODER jUDICIAL ESTA CADA DIA INTERFERIDA POR LOS GOBIERNOS DE TURNO, NECESITAMOS ABOGADOS COMO UD, QUE DIGAN LA VERDAD DE LAS COSAS.

    NOE ANDRES RUIZ VARAS CURSO ACTUALIZACION AULA 106

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    1. Estimado Noe, muchas gracias por tu conformidad. Te deseo éxitos en la profesión.

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  2. Es muy cierto Dr. lo que manifiesta en su artículo, en nuestro país y actualmente no se cumplen con aplicar lo que la constitución y las leyes dicen, eso queda sólo en papeles pero en la práctica se da, puesto que algunos poderes judiciales están sometidos al poder político de turno y a la presión mediática, así como también están sujetos a la corrupción (coimas), digo algunos porque todavía existen magistrados y jueces que merecen llamarse así, respetan de su independencia e imparcialidad sin pensar en su beneficio personal si no hacer cumplir la Ley y que los litigantes alcancen la justicia verdadera.
    Muchas veces la corrupción de los jueces están centradas en las provincias más alejadas, pues allí no llegan los medios de comunicación de mayor trascendencia y los que vivimos allí creo que ya nos acostumbramos a ver día a día eso. La mayor corrupción se centra en los gobiernos locales y regionales de cada departamento, pues desde el momento que se dió la decentralización de los departamentos la corrupción se ha visto en su mayor plenitud, eso por la cantidad de presupuesto que manejan y se ven mareados con tanto dinero y ello ha generado que los alcaldes y sus funcionarios cometan delitos en su diferentes modalidades, sobrevalorando costos de supuestas obras y fabricando planillas fantasmas, así mismo eso ha llevado que los mismos funcionarios compren a los jueces para que fallen a su favor en caso que son denunciados.
    En estos casos los jueces corruptos se dejan vender, por su beneficio personal y no tienen moral ni ética profesional, pues ellos se encuentran bajo la presión económica de los funcionarios y no tienen independencia de las decisiones que hagan.
    Pero también es muy importante indicar que en muchas veces las personas de bajos recursos y que no ejercen ningún cargo no alcanzan la justicia, pues ello a que la indiferencia de los funcionarios del poder judicial es muy notoria, esto me lleva a comentar lo siguiente:
    Hace 4 meses atrás en la ciudad de Carhuaz, del departamento de Ancash desaparecieron una madre con su hija de 02 años, pues cuando sus familiares fueron a poner la denuncia las autoridades no tomaron la debida importancia porque eran de familia humilde y así pasaron los meses con la indignación de sus familiares que sentía la impotencia de no poder hacer nada para poder encontrar a sus seres queridos, si bien recibieron el apoyo moral de sus amigos y la comunidad, quienes realizaron vigilias constantes, no alcanzaron la debida atención de las autoridades del ministerio público y la policía, es así que el 06 de agosto ellas fueron encontradas sin vida y ultrajadas y hasta el momento no se sabe quien o quienes cometieron el orrendo crímen.
    Así podría citar muchos casos que veo en muchas oportunidades y me pasaría creo comentado todo el día sobre este caso que es tan interesante no sólo en nuestro pais si a nivel internacional.
    Quiero culminar con este comentario que tenemos una esperanza de que algún día eso cambie y que los jueces y magistrados sean imparciales e independientes, sean capaces de tomar sus propias decisiones en base a las leyes sin tener que someterse bajo ninguna presión política, de esa manera puedan garantizar una absoluta justicia para todos en igualdad de condiciones de acuerdo con nuestra constitución.
    LIZ MARIA ROMERO VERGARA AULA 108

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  3. Estimada Liz María, valioso tu comentario. Como tu dices, no hay que perder las esperanzas que todo, poco a poco, va a cambiar.

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    1. Dr. Gilberto creo que las personas que esperamos un cambio en el poder judicial y todavía tenemos la esperanza que algún día puede cambiar, tenemos que empezar a aportar algo para ello, haciendo respetar nuestros nuestros derechos como ciudadanos, denunciando a aquellos que los quieren abusar.

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